Los caballitos que “subían y bajaban”

26-08-2021

El hinojoseño, Luis Murillo Moreno, es novelista, guionista de cine y televisión, en su artículo Los caballitos que “subían y bajaban”, que ha sido publicado en «Nosotros» Pinceladas Culturales para Hinojosa del Duque en su Nº 22, nos acerca a la Feria y Fiestas de San Agustín de la localidad de Hinojosa del Duque. El artículo se puede leer a continuación.

Los caballitos que “subían y bajaban”

Luis Murillo

Por sugerencia de Antonio Gil, mi colaboración para el mes de agosto va a versar sobre algunos de los recuerdos que anidan en mi memoria respecto a la feria de San Agustín. Unos días que suponían todo un acontecimiento en Hinojosa, tanto por el regreso masivo de los hinojoseños que trabajan fuera del pueblo, como por los centenares de “tratantes de ganado” que se acercaban a comprar y vender caballos, mulas y otros animales de labranza. El punto álgido de la feria era el día que las familias al completo salían a “enferiarse”. “Enferiarse” equivalía a comprarse un regalo especial: unos zapatos nuevos, un reloj, una medalla y/o pendientes de plata/oro, turrones de todos los gustos, etc. Y, por supuesto, juguetes de todo tipo entre los que se encontraban los caballos, que eran mis preferidos. Todos los años yo quería el caballo de cartón más grande que había en el “puesto”, y todos los años mis padres me convencían de que estaba reservado para la guardia civil.

Otro recuerdo de mi infancia radicaba en que cada día mis padres me daban una peseta “para gastármela” en los “caballitos”, como se denominaba genéricamente a todas las atracciones que se instalaban junto al paseo. Llegaba a media tarde con mi peseta, me compraba un polo, disfrutaba una vez en los “caballitos que suben y bajan” y se me terminaba el presupuesto del día. Y el resto del tiempo, a pasear y mirar, a mirar y pasear…

La monotonía anterior solo se rompía la noche que iba al cine. Generalmente para ver una película de James Bond. Indefectiblemente, cada año se estrenaba una cinta de la exitosa saga que comenzó con “Agente 007 contra el doctor No” y siguió con “Desde Rusia con amor”. Saga a la que debo en buena parte mi pasión por el cine.

Por último, quiero cerrar estos recuerdos con una aportación personal a la feria que tuvo una gran trascendencia. Desde muchos años atrás, la feria de San Agustín se celebraba del 28 de agosto al 2 de septiembre. Sin embargo, a raíz de la masiva emigración a tierras catalanas y sureuropeas, se comenzó a producir una disfunción que afectaba tanto a la feria en sí como a los vecinos que venían de tierras lejanas a pasar las fiestas con sus familiares. Ocurría que a dichos emigrantes se les acababan las vacaciones el 31 de agosto, ya que el 1 de septiembre tenían que reincorporarse al trabajo. Esto suponía que, como muy tarde, tenían que abandonar Hinojosa el 30 de agosto para entrar a trabajar el primero de septiembre. Es decir, a los tres días de feria, comenzaba la diáspora y esto reducía significativamente la asistencia a la feria. E, indefectiblemente, los pequeños negocios veían muy mermados sus beneficios.

Tras constatar esta anomalía durante tres o cuatro años, publiqué un artículo en el programa de ferias proponiendo el cambio de fechas. Cambio que se aprobó en un pleno municipal. Y, desde entonces, las fiestas se celebran íntegramente en agosto

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