18-01-2022
Juan José Primo Jurado, Director del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en su artículo «La Vaquera de la Finojosa», que ha sido publicado en la revista «Nosotros» Pinceladas Culturales para Hinojosa del Duque en su Nº 27, escribe sobre la noticia cultural que vuelve cada cuatro años con la representación de “La Vaquera de la Finojosa”.
El artículo se puede leer íntegramente:
La Vaquera de la Finojosa
Juan José Primo Jurado
No es casual la portada de este número de “Nosotros”. La noticia cultural e, incluso, social de Hinojosa del Duque en el año que comienza es que vuelve “La Vaquera de la Finojosa”. Serán los días 4 al 7 de agosto en la Plaza de la Catedral, bajo dirección de Pedro Calvo. Por octava vez se representa, siendo la primera puesta en escena en 1998, cuando se cumplió el sexto centenario del nacimiento de Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana.
El éxito ha sido total desde entonces, dentro de Hinojosa por lo que se vive en su preparación y representación y fuera por la repercusión y buena imagen que da del municipio. Destaca entre las diferentes obras teatrales que se representan en Córdoba con protagonismo de la población local, es decir, que todo el equipo es del propio pueblo y se representa en espacios urbanos. Probablemente sólo es superada por “Fuenteovejuna”, que comenzó a representarse con ese mismo estilo en 1992. “La vaquera de la Finojosa” tiene ante “Fuenteovejuna” el gran mérito que si esta se sustenta en un gran texto de Lope de Vega, aquella partió de una sencilla poesía, una serranilla, del marqués de Santillana.
Íñigo López de Mendoza y de la Vega, primer marqués de Santillana fue prototipo de noble, militar y poeta castellano del prerrenacimiento español, cuya senda seguirán otros insignes autores en los siglos XVI y XVII. Nació en Carrión de los Condes en 1398 y murió en Guadalajara en 1458. Es grande y de calidad su producción literaria y en ella aparecen las serranillas. Las serranillas eran composiciones líricas donde hombres encontraban a mujeres de la sierra, las serranas, caracterizadas por su belleza y desparpajo. Unas veces triunfaba el amor y otras, como en “La serrana de la Vera”, la mujer era una coleccionista de amantes que, tras seducirlos, los asesinaba.
En la serranilla de “La vaquera de la Finojosa” el resultado no es tan trágico, pero representa un chasco amoroso para el marqués, pues habla en primera persona. Tras describir el paisaje “Faciendo la vía / del Calatraveño / a Santa María, / vencido del sueño” y “En un verde prado / de rosas e flores, / guardando ganado / con otros pastores”, manifiesta su deslumbramiento por la fémina: “La vi tan graciosa / que apenas creyera / que fuese vaquera / de la Finojosa. / Non creo las rosas / de la primavera / sean tan fermosas / nin de tal manera, / fablando sin glosa, / si antes supiera / de aquella vaquera /de la Finojosa”.
Cuando le habla y le pregunta dónde vive, la vaquera, sin preocuparse que ante ella tiene un marqués, le responde con risa, cortesía, ingenio y con una de las “calabazas” más famosas de la poesía castellana: “Bien vengades; / que ya bien entiendo / lo que demandades: / non es desseosa / de amar, nin lo espera, / aquessa vaquera / de la Finojosa”. Esa gran personalidad de la protagonista femenina es el eje central de la obra que veremos el próximo agosto.
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